Comparación discursiva de la Iglesia Católica y la Iglesia Cristiana en relación con los ritos funerarios. Por Nicole Jimenez

Introducción:

La muerte resulta uno de los acontecimientos del ser humano al que más se le ha buscado explicación desde las primeras civilizaciones, y en la actualidad es uno de los temas que más se ha abordado por las diferentes disciplinas; la psicología, la sociología, la antropología, etc. Las sociedades han encontrado, a partir de sus creencias, diversas formas para dar inicio a esta etapa irremediable del ser humano, lo cual se representa a través de los ritos funerarios o prácticas mortuorias.  

Así mismo, estas prácticas se consideran una manera de identificar el sincretismo cultural y, al mismo tiempo, una forma en la que se deja entrever la cosmovisión de cada pueblo. En algunos se considera un acontecimiento irremediable del ser humano en el sentido de que no sucede nada después de este, en otras religiones se considera la muerte de un ser como medio para convertirse en otro y a su vez, otras lo consideran como una forma en la que el hombre trasciende el plano físico para pasar a uno espiritual y superior.

En el presente trabajo interesa realizar una comparación discursiva de los ritos funerarios en la Iglesia Católica y en la Iglesia Cristiana a modo de comparación, es decir, cómo se concibe la muerte en ambas iglesias, qué se hace y qué no se debe hacer cuando una persona muere. Cabe recalcar que no es posible abordar la iglesia sin antes partir de la religión, por lo cual es imprescindible definir ciertos conceptos básicos como la muerte, ritos de paso, ritos de tránsito, rito funerario, entre otros conceptos en torno a las religiones en cuestión.

Antecedentes:

En primer lugar, conviene hacer una contextualización en torno a los ritos funerarios y las distintas prácticas en ambas iglesias, las cuales, a su vez, comparten la religión. Es importante acotar que no se ubicó ningún texto que pusiera en discusión los ritos funerarios en ambas iglesias, sin embargo, se halló un artículo y una tesis que aborda los ritos funerarios en torno al cristianismo. Según Delci Torres (2006) la muerte, en la civilización occidental, se tiende a rechazar porque implica una separación del alma del cuerpo y que ese choque o ese acontecimiento tan doloroso para las personas, exige, de alguna manera, prácticas que acompañen el dolor propio o ajeno. A su vez, acota que en esos ritos interviene una gran cantidad de factores, de los cuales la religión constituye el más destacable por la fuerza con la que influye la cultura y como consecuencia la manera en la que los sujetos se comportan. La autora agrega que la función de estos es finalmente “asegurar una continuación de la vida después de la muerte y mitigar el dolor de los deudos mediante la psicoterapia que subyace en los mitos de los rituales”, es decir, desde esta perspectiva, dicho acontecimiento se mueve en la relación muerte-psicología -de lo cual no se va a ahondar en este caso-, dado el enfoque religioso. También, la autora comenta que en cuanto al duelo los occidentales acostumbran a atravesarlo de manera individual, y que se encuentra acompañado por símbolos que se consideran sagrados, siendo estos una manera de entender las relaciones interpersonales.

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Por su parte, González (2016), dedica un apartado de su tesina en el que desarrolla la muerte en varias culturas, por lo cual menciona que a pesar de ser biológicamente idéntico, la ritualización se ve alterada por las distintas culturas y su forma de ver el mundo. Lo anterior se concatena con la religión y la muestra en cada una de una “escatología teórica” donde se reflexiona sobre el final de la vida y por ende, rituales funerarios que adquieren una gran importancia en la vida de las sociedades. Además, se hace referencia a que en la tradición occidental el hombre es cuerpo, alma y espíritu y que por tanto, esta caracterización se ve representada en las prácticas mortuorias y la forma en la que se lleva a cabo el proceso de luto (p. 103).

Marco teórico:

Como base teórica principal en el análisis en cuestión, se parte de dos textos del filósofo Mircea Eliade;  “Aspectos del mito” (1968) y “ Lo sagrado y lo profano” (1973), ambos permite conceptualizar, por ejemplo, ritos de transición, plano cósmico, símbolos en los ritos funerarios, además de ideas en torno a la cosmogonía. Para abordar conceptos complementarios se parte del artículo de investigación mencionado en el apartado de antecedentes, dado que desarrolla tópicos como la muerte, mito de la vida eterna, prácticas mortuorias, ritos funerarios y su finalidad, entre otros.

En primer lugar, el rito se considera un mecanismo que mantiene el contacto sagrado y además, un medio para afianzar la pertenencia social, está preestablecido y funciona como una manera de revivir el pensamiento mítico en la colectividad. El texto de Eliade (1973), hace referencia a los ritos de tránsito, como los define el autor, y acota que acontecimientos como el nacimiento, el matrimonio y la muerte siempre implican una iniciación, con lo cual:

En lo que concierne a la muerte los ritos son tanto más complejos por cuanto no se trata simplemente de un “fenómeno natural”, sino de un cambio de régimen a la vez ontológico y social: el difunto debe afrontar ciertas pruebas que conciernen a su propio destino de ultratumba, pero asimismo debe ser reconocido por la comunidad de los muertos y aceptado por ellos. Para ciertos pueblos, tan solo el entierro ritual confirma la muerte: el que no es enterrado según la costumbre, no está muerto. (Eliade, 1973, p. 155)

Así también, se hace referencia a la importancia que tienen los rituales funerarios en tanto validan la muerte de los seres humanos, es decir, se considera que estas prácticas son un medio de oficialización y agrega que sucede: “o cuando el alma del difunto ha sido conducida ritualmente a su nueva morada, en el otro mundo, y allí ha sido admitido en la comunidad de los muertos” (Eliade, 1973, p. 156).

Lo anterior deja esclarecer que estos se mueven en una serie de cosmovisiones según la cultura y por ende, la religión. Eliade explica que la muerte, como escenario iniciático “significa la superación de la condición profana, no-santificada, la condición del “hombre natural”, ignorante de lo sagrado, ciego de espíritu” (p. 161) y a su vez “viene a considerarse como la suprema iniciación, como el comienzo de una nueva existencia espiritual” (p. 164).

Por otra parte, Eliade en su libro publicado en 1968, aborda el tópico de la cosmogonía, y explica que, en situaciones “extremas”, como la muerte, el mito cosmogónico surge como un factor de cambio de dicha situación a través de la repetición de palabras. La muerte al ser una situación nueva requiere este tipo de prácticas para hacerla creadora. Esta explicación se relaciona de manera directa con los rezos en torno a las prácticas funerarias, de los cuales se pretende desarrollar más adelante.

Según Torres (2006) en su investigación “Los rituales funerarios como estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre las personas y las culturas”, se entiende por los primeros que:

Los rituales funerarios se conciben como prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte de alguien y a la actividades funerarias que de ella se derivan tales como velorios, rezos, entierros cremaciones, momificaciones, edificación de monumentos y sacrificio humanos entre otros […] bajo dos premisas fundamentales: la búsqueda de la vida eterna y la atenuación del dolor que la muerte trae consigo mientras se espera la tan ansiada resurrección que identifica a los miembros de la cultura que los realiza, constituyéndose de esta manera la semiosis social de la muerte para acceder a la semiótica de la vida a través de la celebración de estas prácticas mortuorias. (p. 110)

De la misma forma, la autora comenta que estas prácticas se realizan a través de símbolos que aluden a aspectos religiosos y que reflejan por tanto las creencias de las sociedades al mismo tiempo, aborda el concepto de mito de la vida eterna, el cual consiste en la búsqueda del ser humano por darle continuidad a su existencia, tener contacto con una realidad que la autora denomina transhumano; donde tienen lugar los rituales funerarios. (Torres, 2006, p. 116)

A partir de las aproximaciones anteriores, el presente trabajo supone un aporte importante en torno a los ritos funerarios, la muerte, los símbolos y las diferentes prácticas específicamente en dos iglesias: católica y cristiana. Estos conceptos han sido abordados por varias disciplinas, pero desde otros enfoques.

La hipótesis, entonces, reside en que si bien ambas iglesias comparten el cristianismo como religión, difieren a la hora de llevar a cabo sus respectivas prácticas mortuorias. Esto se debe a distintas creencias que pueden interpretarse como “ramificaciones” de la religión, que según ciertos posicionamientos, resultan hasta invenciones de interés mediático de sendas iglesias.

Finalmente, el objetivo general de este trabajo es comparar la Iglesia Católica y la Iglesia Cristiana en torno a sus ritos funerarios con el objetivo de evidenciar que la religión que comparten no es suficiente para amalgamar sus prácticas funerarias y todo lo que gira en torno a estas; cosmovisión, símbolos, entierro, misas, rezos, entre otros.

Desarrollo:

En primer lugar, es necesario partir del cristianismo previo a la comparación de las iglesias, con lo cual se toma como base el texto de González para retomar ciertos aspectos de manera general. El autor acota que las iglesias que se basan en el cristianismo, parten de la Biblia, siendo esta la sagrada escritura para ambas, por lo cual, con base en distintos versos que retoma el autor, la muerte no se ve como un castigo en su sentido más determinante, sino como la consecuencia de que se desobedeciera a sus mandatos. A partir de esto se agrega que

Para la fe cristiana, la figura central de la Historia de la Salvación, es decir, de la victoria sobre el pecado, sus consecuencias y la muerte, es Jesús de Nazaret, el Cristo, el Verbo de Dios encarnado, que asumiendo libremente la condición humana doliente y mortal, destruye el poder de la muerte y devuelve a hombre la posibilidad de comprender y afrontar de otra manera su destino. (González, 2016, p. 69)

Tomando en cuenta lo que ambas iglesias comparten, está ese axis mundi, esa noción de sopramundo (cielo) e inframundo (infierno), esa idea de que existe una conexión directa entre el cielo, la tierra -que corresponde al espacio intermedio- y el infierno. Existe una diferencia clara entre ambas iglesias que se abordará posteriormente. Por otra parte, siguiendo con el autor, el entierro en el cristianismo se interpreta como la esperanza de que la persona que ha muerto resucite con la venida de Cristo, por lo cual en muchas ocasiones se ve como una “pausa” en la vida de le persona, un trascender. El entierro en el cristianismo se considera como un acontecimiento que exige respeto y se debe llevar a cabo en un cementerio, siendo estos lugares consagrados para reposo de las personas. (p. 73)

Iglesia Católica

Una vez aclarado lo anterior en torno a la religión, conviene pasar a la comparación que consiste en la idea central de este trabajo. La primera idea que se tiene es que los rezos y demás ritos o prácticas que se realicen una vez que una persona muere, influye directamente en ese difunto, puesto que existe la posibilidad de que, por medio de rezos, por ejemplo, el alma de la persona llegue al Cielo. El purgatorio consiste en el estado de aquel que ha muerto y que se encuentra imposibilitado de entrar al cielo porque su alma debe purificarse.

Por otro lado, específicamente en el rito funerario, existen diversas prácticas, por ejemplo, la vela ocurre la noche antes de que se entierre a la persona, durante la noche se hacen varios rezos y las personas allegadas; familiares y amigos, acompañan al difunto, el cual se encuentra en un ataúd. Usualmente se tienen alimentos en el lugar para quienes visiten, dado que la vigilia consiste en eso, acompañar al muerto hasta que amanezca. Se dice que se puede llevar a cabo en la casa de algún allegado o bien en la iglesia o espacio con que cuente dicha institución.

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En el momento de la misa funeraria, el cuerpo es llevado a la iglesia donde se reza por la persona, además de que se celebra el sacramento de eucaristía. y se da gracias por el regalo de la vida eterna. Después de esto se da el rito de la sepultura en el cual se encomienda el cuerpo de la persona fallecida para que lo “conserve” hasta la venida de Cristo. Después de la sepultura, en la iglesia católica ocurre el novenario, el cual consiste en un proceso de nueve días en el que se reza y suplica por la purificación del alma del difunto con el objetivo de que, así como la madre lo tuvo nueve meses, se le reciba en el cielo. Además, se agrega que consiste en “ nueve días de oración con el Santo Rosario. Durante este tiempo se meditan los misterios correspondientes según el día: Misterios Gozosos, lunes y sábados; Misterios Dolorosos, martes y viernes; Misterios Gloriosos, miércoles y domingos; y, Misterios Luminosos, los jueves” (Mendoza, T., s.f., párr. 12).

Iglesia Cristiana

Por su parte, en dicha iglesia se encuentran distintas prácticas mortuorias. Primeramente, conviene hacer referencia a que no existe, como en en el caso católico, ritos tan particulares;  ni tampoco la creencia en el espacio del purgatorio. Por lo anterior, una vez que una persona muere, no existe ninguna práctica que pretenda suplicar por el alma, puesto que se piensa que la persona trasciende al sopramundo.

Así también, se realiza la vela o vigilia en el lugar donde se prefiera, no debe ser en la iglesia, y cómo en el caso anterior, se considera como un momento para acompañar al difunto y a la familia. En algunos casos se aprovecha el momento para que algún creyente de una palabra con base en las Escrituras, la cual gira en torno a la salvación, que se considera lo más importante.

En relación con la sepultura, la opción de la incineración se considera de igual manera que la sepultura habitual donde se entierra a la persona dentro de un ataúd. Así también, se toma en cuenta la donación de órganos. Finalmente, una vez que pasa todo el proceso no existe ninguna práctica que se deba seguir.

Conclusiones

A partir de las teorías de Mircea Eliade se entiende de manera más atinada el porqué de muchas prácticas mortuorias, lo que está detrás, teóricamente, de los distintos rituales, lo cual permite abordar objetivamente este tópico que como ya se mencionó, no ha sido analizado lo suficiente. Lo anterior se debe a que usualmente se enfoca el concepto en relación con las religiones y no con las iglesias, lo cual impide que se tomen en cuenta factores importantes.

Finalmente, a partir del análisis anterior, se puede concluir que efectivamente existen diferencias entre ambas iglesias en la manera en la que se viven las prácticas mortuorias principalmente en el momento de llevar al difunto a la iglesia donde ocurren distintos ritos y rezos por parte de padres, figuras importantes en la iglesia católica. A su vez, de las diferencias más marcadas es la idea del purgatorio y cómo este espacio resulta tan determinante.

Por otro lado, existen similitudes como el proceso de la sepultura, al considerarse distintas formas, además, la vigilia donde las personas allegadas permanecen con el difunto y se consideran los alimentos como esenciales. También, un aspecto más cultural, se espera que quienes asistan al proceso lleven vestimenta negra, de lo contrario se considera una falta de respeto a lo que está ocurriendo y quienes están sufriéndolo.  Así mismo, en ambas iglesias se espera que la persona que ha muerto, sea parte de la resurrección de Cristo.

 

 

Bibliografía

Cano, L. (2016, agosto, 11). El funeral cristiano. Obtenido desde http://iglesiadeciudadreal.es/recursos/notas-pastorales/338-el-funeral-cristiano

Eliade, M. (1968). Aspectos del mito. Barcelona: Editorial Paidós.

Eliade, M. (1973). Lo sagrado y lo profano. Barcelona: Editorial Paidós.

Torres, D. (2006). Los rituales funerarios como estrategias simbólicas que regulan las relaciones entre las personas y las culturas. Revista Sapiens, (7), 2, pp. 107-118.

González, L. (2016). El significado de la muerte a través de la historia y las religiones. Asociación Mexicana de Tanatología.

(2015, octubre, 7). Guía para los funerales católicos. Obtenido desde https://archatl.com/es/oficinas/oficina-para-el-culto-divino/las-guias-de-las-ceremonias-catolicas/guia-para-los-funerales-catolicos/