Transposición del concepto de muerte en la celebración del Día de muertos en México. Por:Vivian Rodriguez

Introducción

En el presente trabajo se pretende llevar a cabo un acercamiento a la temática de la transposición del concepto de muerte en la celebración del Día de muertos en México, para ello es necesario abordar este tema desde la propuesta teórica de Mijaíl Bajtín sobre la cultura popular y desde la conceptualización de ritos funerarios.

El Día de muertos es una celebración relacionada con el Día de los Santos Difuntos que se conmemora todos los años en el mes de noviembre en varios países, sin embargo, en México esta festividad va más allá de un rito funerarios, pues se convierte en toda una fiesta en honor de los seres queridos que ya han partido.

El Día de muertos en México ya es parte no solo de su identidad cultural, sino también de la identidad nacional de este país. Es motivo de reconocimiento valioso en todo el resto del continente y fuera de este también, tanto por la efusividad con la que es llevada a cabo como por cada uno de los elementos que esta festividad implica, tales como la realización de un altar, la elaboración de ofrendas, la presencia de personajes representativos como los catrines y las calacas, la decoración de las tumbas hasta con alimentos y la preparación de diversos platillos y panes típicos.

Más que una fecha conmemorativa a nivel latinoamericano para los mexicanos el Día de muertos es una fecha de festejo en grande, con lo cual evidencian que su concepción de muerte no es la misma que la de la mayoría de países latinoamericanos, por ejemplo, su visión no coincide con la noción de los costarricenses acerca de la muerte. Para los mexicanos, en el marco de dicha festividad, la muerte no es un término negativo, sino más bien, una posibilidad de fiesta y renovación.

En el presente documento con el fin de llevar a cabo el abordaje de la transposición del concepto de muerte en la celebración de Día de muertos de México se establecen las siguientes premisas:

P1: El Día de muertos es un rito funerario que permite la formación de una identidad nacional.

P2: La identidad nacional permite la evolución de la identidad cultural y esta última permite la trasposición de conceptos.

Por lo tanto, la celebración del Día de muertos en México es un rito funerario que ha llevado a una trasposición del concepto de muerte.

De la misma manera, para el propósito mencionado se propone el planteamiento de la hipótesis de que la celebración del Día de muertos en México forma parte de los ritos funerarios y de la identidad nacional y cultural de dicho país. En esta cultura la muerte, en el contexto de tal celebración, no es sinónimo de tristeza sino de festejo, es por ello, que se pretende probar que en tal actividad cultural se ha llevado a cabo una transposición del concepto de muerte que se conoce comúnmente.

Es a partir de los planteamientos anteriores que en este trabajo se pretende como objetivo y meta general: Analizar la trasposición del concepto de muerte en la celebración del Día de muertos en México a fin de reconocer la evolución de tal concepto en la cultura mexicana. También, se establecen como objetivos y metas específicas los siguientes:

    • Caracterizar el Día de muertos mexicano dentro de los ritos funerarios con el propósito de establecer la importancia de estos ritos en México.
    • Determinar la identidad cultural en tal celebración para identificar los rasgos culturales característicos de la misma en dicho país.
  • Determinar la transposición del concepto de muerte en la celebración del Día de muertos en México a fin de evaluar la evolución del concepto de muerte en la cultura mexicana.

Antecedentes

Para la realización del desarrollo del presente trabajo es necesario contextualizar la temática en estudio, por ello se plantean a continuación los principales antecedentes, en los cuales es necesario realizar ciertas definiciones para comprender mejor los conceptos utilizados.

Antecedentes históricos del Día de muertos en México

La celebración mexicana que se conoce actualmente como el Día de Muertos tiene su origen en la festividad indígena dedicada a los muertos. Dicha actividad era de mucha importancia para los pueblos indígenas mexicanos, pero no solo era, sino que aún continúa siendo una de las actividades más relevantes.

Así, para los grupos indígenas de la región centro-sur del país la celebración del Día de muertos  es un “complejo de prácticas y tradiciones que prevalecen en sus comunidades para celebrar a los muertos o antepasados […] una de las costumbres más profundas y dinámicas […] así como uno de los hechos sociales más representativos y trascendentes de su vida comunitaria” (Conaculta, 2006, p.15).

Mientras que para las comunidades maya, nahua, zapoteca y mixteca, la importancia de esta celebración no solo se encuentra en la vida ceremonial y festiva de los pueblos, sino que  “su propia naturaleza la coloca como uno de los núcleos centrales tanto de la identidad y la cosmovisión de cada grupo, como de su vida social comunitaria” (Conaculta, 2006, p.16). Es así cómo, desde épocas antiguas tal festividad propicia no solo el encuentro de los mexicanos con sus antepasados, sino también con las otras personas de su comunidad. Por lo tanto, el Día de Muertos conforma un espacio de integración.

La fiesta del Día de muertos en México es el resultado del encuentro de dos mundos, de la confluencia de dos tradiciones en el siglo XVI a causa de la expansión española. Tal como lo menciona Conaculta (2006) “las celebraciones dedicadas a los muertos no sólo comparten una antigua práctica ceremonial donde conviven la tradición católica y la tradición precolombina, sino también una diversidad de manifestaciones que se sustentan en la pluralidad étnica y cultural del país” (p.18).

En síntesis, el Día de muertos mexicano es una festividad que se originó desde la época colonial en los pueblos indígenas del país y que conforme ha pasado el tiempo se ha expandido al resto del territorio, así como también dio paso a una arquitectura simbólica y ritual que a su vez, ha permitido la generación de creaciones artísticas que conforman la identidad cultural de México.

Definición del Día de muertos mexicano

El Día de muertos mexicano es una festividad que se celebra en el país norteamericano desde la época colonial para rememorar a los seres queridos que ya han partido del plano terrestre. Esta actividad se ha practicado de manera ininterrumpida por la mayoría de los ciudadanos mexicanos para honrar a sus familiares fallecidos, por lo cual se puede ver, inicialmente, como un hecho apolítico.

Con la celebración de esta festividad, México ha logrado construir una identidad cultural que le ha permitido destacarse no solo dentro de la región latinoamericana, sino también frente a las potencias que ejercido algún dominio sobre él a lo largo de la historia, tales como España y Estados Unidos. A esto, se le suma lo planteado por Malvido (2006) cuando menciona que desde los años 40 México ha sido concebido como un país morboso y escatológico donde los “ pobladores se burlan de la muerte, juegan con ella y se la comen virtualmente convertida en dulces de azúcar; incluso se ha dicho que en México hasta la muerte es dulce” (p.42).

De acuerdo con Brandes (2000) el Día de muertos es  “la versión mexicana de dos festividades católicas, panromanas: el día de Todos los Santos y el de las Ánimas, celebrados respectivamente el 1 y el 2 de noviembre” (p.7). Asimismo, según tal autor es una festividad que “[…] abarca una gama tal de actividades interrelacionadas que en el habla coloquial ha llegado a denotar no solamente al 2 de noviembre, sino también, más comúnmente, a todo el periodo que se inicia el 31 de octubre y acaba el 2 de noviembre” (p.8).

Aunque esta es una celebración que podría pensarse que tiene orígenes religiosos por las dos fechas importantes ya mencionadas, lo cierto es  que, más allá de ser una festividad de carácter religioso es una fiesta cultural que permite la conformación de una identidad cultural mexicana, pues estas personas celebran a sus difuntos no sólo con misas y flores, sino también con la elaboración de un altar y ofrendas comestibles con las que adornan las tumbas para honrarlos.Con respecto a esto, Brandes (2000) expresa que

Desde los sepulcros más elaborados hasta las fosas comunes se adornan con arreglos de flores, velas y alimentos en honor de los difuntos. La mayoría de las actividades y ofrendas artísticas ligadas a esta festividad —ofrendas de comida, la vigilia en el cementerio, los altares y demás— son manifestaciones populares completamente desligadas de los requerimientos litúrgicos (p.8).

En resumen, el Día de muertos mexicano no es una tradición de carácter religioso, sino más bien una festividad de realce de la identidad nacional y cultural de los mexicanos.

Día de muertos como vehículo de conformación de una identidad nacional

La celebración del Día de muertos en la población mexicana ha pasado de ser una mera festividad en honor de los difuntos a convertirse en un símbolo muy importante de su identidad nacional y cultural. Como lo menciona Conaculta (2006)

Para pueblos que provienen de una matriz cultural muy antigua, la fiesta de Todos Santos y Fieles Difuntos que se conmemora en gran parte del mundo occidental, ha terminado por concebirse como un patrimonio propio. Sus manifestaciones actuales, que afectan a la identidad mexicana en su conjunto, son también un ejemplo de esa diversidad cultural que ha sostenido el éxito de las civilizaciones (p.19).

Tan es esta actividad símbolo de identidad nacional que es reconocida en el mundo exterior como una de las principales representaciones culturales del país norteamericano. De modo que hasta extranjeros se han llegado a identificar con lo que se cataloga como actitud específicamente mexicana hacia la muerte.

De la misma manera, es una festividad que, como parte de la identidad nacional y cultural de los mexicanos, ha sido llevada hacia otros países a través de la migración, por ejemplo, mexicanos residentes en Nueva York llevan a cabo esta celebración en esa región de los Estados Unidos de América, pero con cierta modificación en el significado de la festividad, pues se hace con la idea de la representación del sacrificio al cruzar la frontera entre ambos países. Tal como lo menciona Joel Magallán, citado por Rivera-Sánchez, “la vigilia se llevó a cabo para recordar a los cientos de inmigrantes que, requeridos como mano de obra barata por la economía de Estados Unidos, han muerto en el intento de cruzar la frontera, algunos atacados por grupos racistas, otros incapaces de sobrevivir el frío, el calor o la sed, y otros han muerto ahogados” (2002, p.474).

En fin, la festividad del Día de muertos es uno de los aspectos más importantes en la conformación de la identidad nacional y cultural de los pobladores mexicanos, siendo uno de los símbolos culturales más reconocidos fuera de dicho país. Además, se ha convertido en un elemento promotor del turismo en México, pues  muchas personas viajan en la fechas de tal celebración con el fin de conocer de cerca los rituales que conlleva tal celebración.

La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento de Bajtín y transposición de un concepto

Antes de iniciar el análisis propuesto para el desarrollo de este trabajo, es necesario comprender la teoría de Bajtín sobre la cultura popular y el concepto de transposición debido a que dicho análisis será enfocado desde esa perspectiva.

Por un lado, Bajtín plantea un acercamiento hacia la temática del carnaval en la obra de Rabelais para proponer que el mismo no era meramente un forma artística de espectáculo teatral, sino que, verdaderamente, era una forma concreta de vida. Donde se violaban los cánones impuestos por la sociedad, se desacralizaban las jerarquías y la verdad oficial y se ponía en tela de juicio la unidad trágica del mundo.

Asimismo, Bajtín se refiere a la cultura popular de la Edad Media y con respecto a los rasgos típicos de las formas rituales y de los espectáculos cómicos plantea que “no se trata por supuesto de ritos religiosos, como en el género de la liturgia cristiana, a la que están relacionados por antiguos lazos genéricos. […] Todas estas formas pertenecen a una esfera particular de la vida cotidiana” (2003, p.9).

Asimismo, al referirse a la fiesta, aspecto importante para este trabajo, Bajtín propone que la misma es un rasgo fundamental de todas las formas de ritos de la Edad Media. Así como también, las fiestas siempre tienen un vínculo profundo con el tiempo y se encuentran ligadas a períodos de crisis, de trastorno de los hombres y la sociedad, ejemplo de ello, la muerte y la resurrección.

También hay alusión a la muerte como un proceso de renovación, donde el es necesario que el hombre muera para que pueda renovarse. En este sentido, la muerte no es vista desde una perspectiva negativa, sino como una opción de vida.

Por otro lado, es necesario definir lo que se va a entender a partir de aquí como transposición. Dicho término se verá como el cambio de lugar de un elemento a otro espacio diferente del que ocupaba, esto a partir del concepto planteado por la Real Academia Española para el verbo transponer.

Por lo tanto, transposición del concepto de muerte se verá como el cambio de significado que ha sufrido dicha definición en la festividad del Día de muertos en la cultura mexicana.

Justificación

En el presente trabajo se pretende realizar un acercamiento a la transposición del concepto de muerte en la celebración del Día de muertos en México debido a que es una festividad que ha cobrado mucha importancia a nivel internacional como un rasgo identitario de dicho país.

Asimismo, a partir de las temáticas estudiadas con respecto al Drama popular surgió la curiosidad por investigar de manera más profunda cómo es que se articula dicha festividad, cuál es el trasfondo cultural que se encierra en ella y cómo eso forma parte de la identidad nacional del país norteamericano, así como la diferencia conceptual de la muerte desde la perspectiva de la celebración.

Es interesante estudiar la manera en que un país perteneciente a la región latinoamericana concibe la muerte de una manera tan distinta al resto de los países, pues más allá de compartir el “origen” de una festividad que en principio es de carácter religioso, ha generado toda una tradición de fiesta en torno al día de los difuntos.

Para el cumplimiento del propósito de este documento, se han establecido algunos tópicos como el Día de muertos mexicano, los ritos funerarios, la identidad cultural, la teoría de la cultura popular de Bajtín y la trasposición del concepto de muerte. Desde el apartado de los antecedentes se ha elaborado un acercamiento a las ideas de Bajtín con respecto al carnaval, a la cultura popular, a la fiesta y a la muerte, puesto que es en esta teoría que se pretende basar el análisis. Asimismo, se definió el concepto de transposición que se utilizará en la propuesta de estudio.

Sin embargo, es necesario destacar que al concebirse, inicialmente, el Día de muertos como un rito funerario, se debe definir este último. De acuerdo con Torres (2006) los ritos funerarios se definen como

…prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte de alguien y a las actividades funerarias que de ella se derivan tales como velorios, rezos, entierros, cremaciones, momificaciones, edificación de monumentos y sacrificios humanos entre otros y sea cual sea la opción funeraria que se practique, están caracterizados por un elaborado código simbólico sobre la base del cual se construye la realidad social, producto de una cultura sincrética, donde coexisten trazas de origen indígena que se mezclan con elementos sagrados de origen español para generar las tradiciones funerarias… (p.109).

Finalmente, cabe destacar que no es posible definir de manera estricta la identidad cultural porque sería encasillarla, sino que es mejor tomar en cuenta que “la identidad sólo es posible y puede manifestarse a partir del patrimonio cultural, que existe de antemano y su existencia es independiente de su reconocimiento o valoración” (Molano, 2007), es decir, se debe reconocer los rasgos simbólicos del pasado que le son propios y le ayudan a seguirse construyendo.También se debe considerar que la identidad cultural no es estática, sino que, al igual que la cultura, se encuentra en constante cambio y evolución.

Desarrollo

A partir de la conceptualización de los ritos funerarios, se puede argumentar que  la celebración del Día de muertos de México es una actividad que se puede tomar en cuenta dentro la categoría de ritos funerarios, puesto que estos son definidos como

…prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte de alguien y a las actividades funerarias que de ella se derivan tales como velorios, rezos, entierros, cremaciones, momificaciones, edificación de monumentos y sacrificios humanos entre otros y sea cual sea la opción funeraria que se practique, están caracterizados por un elaborado código simbólico sobre la base del cual se construye la realidad social… (Torres, 2006, p.109).

No se puede establecer una estrecha semejanza entre el Día de muertos mexicano con la celebración del Día de los santos difuntos en otros países latinoamericanos como parte de la práctica de ritos funerarios. Por ejemplo, en Costa Rica este día se celebra con la visita a la tumba de los familiares, en la cual se les lleva flores. A pesar de esta situación, sí se puede ver la celebración mexicana como parte de ritos funerarios, en el sentido de que constituye una actividad funeraria, es decir, acciones realizadas en torno a la muerte. Y más que como ritos funerarios, se puede catalogar  como parte de ritos de recordatorio, mismos que es definido por Mendoza (2006)

…aquellos que permiten la trascendencia y convivencia del difunto con los vivos. Comprende el tiempo y el espacio destinados al luto y las conmemoraciones en las que se inmiscuya al difunto. El objetivo es recordar a “los que ya se fueron” y, al mismo tiempo, ayudar a solventar la necesidad de trascendencia del vivo (p.29).

Asimismo, la celebración del Día de muertos en México no sólo forma parte de la práctica de ritos funerarios, sino también de las actividades propias que le aportan sentido a la identidad nacional y cultural de este país. Es una actividad que ha hecho sus aportes a la cultura mexicana desde la época colonial con la festividad del Día de muertos practicada por los indígenas.

En las comunidades indígenas esta actividad no solo está relacionada con los ritos funerarios, sino también con ritos agrarios en tanto se considera la celebración como un paso de una época de escasez a una de gran productividad. Tal como lo evidencia Conaculta (2006)

En las regiones de Guerrero, Oaxaca o Chiapas, las comunidades pasan durante este tiempo del crecimiento a la cosecha del maíz, el cereal que desde la época prehispánica ha constituido su principal fuente de alimento. De ahí que la fiesta de los muertos sea también un festival de la cosecha dedicado a compartir con los ancestros el beneficio de los primeros frutos. Los principios de reciprocidad que rigen entre los hombres y sus ancestros convierten a las ofrendas del Día de Muertos en una retribución simbólica, ya que el ciclo agrícola del maíz sería inconcebible sin la intervención de los antepasados (p.19).

Así también, en esta actividad se pueden encontrar diversos rasgos que conforman esa identidad cultural mexicana en la arquitectura simbólica y ritual que dicha celebración ha construido en ese país, la cual es expresada en diferentes manifestaciones artísticas como “las representaciones cosmogónicas que se encuentran implícitas en el arreglo  y la lógica de las ofrendas; en la culinaria ceremonial; en la organización de los espacios rituales, así como en la danza, la música y el canto…” (Conaculta, 2006, p.16). A lo cual se debe añadir que, también hay espacio en esta celebración para incluir una concepción cíclica de la vida y la muerte como una forma de concebir el cosmos.

En este punto, se hace necesario referirse a algunos de los símbolos más importantes de la celebración del Día de muertos mexicano, tales como el altar, las ofrendas, el pan de muerto y la catrina.

En primer lugar, el altar constituye una representación iconoplástica de la visión que poseen los mexicanos acerca de la muerte que tiene mucha importancia debido a la creencia de estas personas de que el espíritu de sus difuntos regresa al mundo de los vivos en ese día para convivir con sus familiares. En este elemento es muy relevante su organización, misma que de manera resumida se realiza de la siguiente manera:

Se coloca en una habitación, sobre una mesa o repisa cuyos niveles representan los estratos de la existencia. Los más comunes son los altares de dos niveles, que representan el cielo y la tierra;[…] A su vez, en un altar de siete niveles se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz. Este es considerado como el altar tradicional por excelencia. […] En el primer escalón va colocada la imagen de un santo del cual se sea devoto. El segundo se destina a las ánimas del purgatorio;[…] En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio. En el cuarto, el personaje principal […] el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan. En el quinto se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto. En el sexto escalón se ponen las fotografías de las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar. Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima (Denis, Hermida y Huesca, 2012).

De acuerdo con el CDI del gobierno mexicano, las ofrendas consisten en

…ese ritual colorido donde el individuo y la comunidad están representados con su dádiva; es un acto sagrado, pero también puede ser profano: la tradición popular es la simbiosis de la devoción sagrada y la práctica profana.

Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.

En cuanto al pan de muerto, este tiene su origen en la época de la Conquista debido a que las poblaciones indígenas del centro y sur de México realizaban sacrificios humanos, en el que le ofrecían una princesa a los dioses, por lo cual, sumergían el corazón de esta aún latiendo en una olla con amaranto y luego quien encabezaba el rito lo mordía en señal de agradecimiento a un dios. Esto no le gustó a los colonizadores, por lo cual prefirieron crear un pan de trigo  en forma de corazón bañado en azúcar rojo que simulara la sangre de la princesa, es a partir de la evolución de este pan que se llega al pan de muertos de la actualidad, en el cual todo tiene un significado, “el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos” (Terra, 2017).

Por último, la catrina representa uno de los íconos más importantes de la celebración de Día de muertos mexicano. Según Verónica Zacarías, citada por EFE (2017), “la imagen surgió en 1912 de manos del grabador mexicano Juan José Posada para ilustrar unos versos en rima a propósito de Día de Muertos -conocidos como «calaveritas»- y mofarse de las clases sociales” Asimismo, recalca que «La intención de la Calavera Garbancera de Posada era representar a aquellas mujeres que lograban un estatus social alto y que dejaban sus costumbres por tratar de vestirse y comportarse a la usanza europea».

De otra manera, se puede catalogar el Día de muertos mexicano como una fiesta a partir de los planteamientos de Bajtín sobre esta, pues de acuerdo con este autor

…las fiestas, en todas sus fases históricas, han estado ligadas a períodos de crisis, de trastorno, en la vida de la naturaleza, de la sociedad y del hombre. La muerte y la resurrección, las sucesiones y la renovación constituyeron siempre los aspectos esenciales de la fiesta. Son estos momentos precisamente (bajo las formas concretas de las diferentes fiestas) los que crearon el clima típico de la fiesta (2003, p.11).

A partir del planteamiento de Bajtín, el Día de muertos de México se puede incluir dentro de la categoría de fiesta, en relación con la idea de la muerte y la renovación como elementos esenciales de la misma. Pues, si se enfoca el desarrollo de dicha actividad como tal, se puede ver que es un momento de alegría, de celebración y de compartir con los demás.

Ahora bien, además de los puntos ya mencionados, existe uno que incluye de manera implícita todos los anteriores, este es la transposición del concepto de muerte en la actividad mencionada. Como ya se planteó, el Día de muertos mexicano constituye no sólo la práctica de un rito funerario y la reafirmación de una identidad cultural, sino también un festejo, una celebración como tal. Es en este sentido que se puede plantear que todo eso demuestra que ha habido una transposición en el concepto de muerte.

Para comprender mejor dicho planteamiento es necesario recordar que una transposición consiste en el cambio o evolución de significado de un elemento o actividad con respecto al concepto que se ha manejado de manera más general, así como también es necesario aclarar cuál es, entonces, la concepción que poseen los mexicanos acerca de la muerte.

Mientras en la mayoría de los países latinoamericanos la muerte es vista como un aspecto negativo, como la pérdida de esos seres queridos que se convierte en una ausencia que no tiene comparación y no hay cómo llenarla; para los mexicanos la muerte es motivo de celebración. Cabe aclarar que no es celebración en sentido de desear que las personas mueran, sino que aprovechan las fechas del 31 de octubre al 2 de noviembre de cada año para festejar a quienes ya no se encuentran físicamente con ellos. Tal como lo expone Paz, citado por Brandes (2000)

…la visión mexicana de la muerte difiere mucho de la norteamericana o de la europea. Para el habitante de Nueva York, París o Londres, la muerte es la palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios… La indiferencia mexicana hacia la muerte se nutre en su indiferencia ante la vida. El mexicano no solamente postula la intrascendencia del morir, sino la del vivir… Morir es natural y hasta deseable; cuanto más pronto, mejor… El desprecio a la muerte no está reñido con el culto que le profesamos.

Se puede plantear que el individuo mexicana realiza una burla de la muerte en tal celebración, ya no es vista como motivo de tristeza sino más bien de burla, en tanto muchos de los dulces que se ingieren en tal fiesta son en forma de calaveras y hasta de ataúdes. Esto es reafirmado por Sayer (1993) al plantear que “el mexicano desprecia a la muerte… Lo más importante de todo, el mexicano se ríe de la muerte. El 2 de noviembre, Día de Muertos, se entrega a la irresistible burla de la muerte”.

Asimismo, Mendoza plantea que la muerte puede ser vista desde dos perspectivas, en la primera como deceso y en la segunda como un evento que tiene significación en la experiencia humana. A partir de esto, expone que la visión mexicana con respecto a la muerte corresponde a la segunda, puesto que para los mexicanos  “la muerte es el principio del cambio, se debe morir para lograr cambiar y, al mismo tiempo, acercarse a la muerte para que nos enseñe a vivir; por lo tanto es símbolo de la cosa, frontera y umbral en la experimentación de la existencia humana” (2006, p.29).

En resumen, esta perspectiva de la muerte que poseen los mexicanos de la

misma como un proceso necesario para que haya renovación es lo que ha llevado  que se dé una transposición del concepto, pues su visión no coincide con la de los demás países latinoamericanos. En esta transposición, la muerte no es motivo de tristeza, sino de felicidad, celebración y hasta burla. Asimismo, esta transposición ha permitido la construcción de una identidad cultural completamente mexicana que hace que este país sea grandemente reconocido fuera de sus fronteras como una república de gran riqueza cultural.

Conclusiones

El Día de muertos mexicano más que como parte de ritos funerarios, se puede catalogar como un rito de recordatorio, puesto que toda la celebración gira en torno al recuerdo de los seres queridos que ya no se encuentran presentes de manera física. Es una forma de convivencia y de agradecimiento hacia los antepasados desde la creencia mexicana de que el 2 de noviembre de cada año es la fecha en las que el espíritu de sus difuntos los visita y por ello, deben realizar todo el agasajo requerido.

Asimismo, es una celebración que ha creado una imagen cultural de México que ha sido expandida por muchos lugares del mundo, siendo este uno de los países más reconocido fuera de sus fronteras por su riqueza cultural y su diferente visión acerca de la muerte. Imagen cultural que, además, conforma la identidad del ser mexicano y que ha provocado el incremento del turismo en las fechas de tal celebración, pues muchas personas viajan con el fin de experimentar y conocer más de cerca la riqueza que se guarda en esta fiesta.

Finalmente, se ha podido comprobar que, efectivamente, en la celebración del Día de muertos en México  hay una transposición del concepto de muerte, desde el punto de vista de que la muerte no es motivo de tristeza, sino, por el contrario, es razón de festejo, de celebración, de compartir con los que aún viven y de convivir con el espíritu de los difuntos que llegan a visitarlos el 2 de noviembre. Es motivo para rendir homenaje y agradecer a los antepasados.

Bibliografía

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